Sugerencia

..................................................................................Recomiendo leer mientras se escucha la música que dejo en cada entrada..................................................................................
...................................................................................................................Advierto que tanto escribo elegante como soez....................................................................................................................

lunes, 16 de marzo de 2015

Mad world..

¿En qué me he convertido?
No soy más que una egocéntrica que siempre deambula triste,
a solas por las calles abarrotadas y sin mucho que callar, pero diciendo más bien poco.
Cansada de la vida, de las miradas que dicen lo mismo en silencio,
de no encontrar alguien con quien hablar de lo absurda que es la vida,
nadie con quien criticar ese positivismo que te venden por todas las esquinas,
nadie con quien compartir una opinión.
Me he convertido en alguien inadvertido, invisible.
No hago sino llorar a escondidas y huír de las falsas sonrisas
y los halagos deshonestos.
Porque sé que no son ciertos, nadie me ve amable, nadie me ve atractiva.
Soy una persona triste y patética que vaga por el mundo,
tropezando a cada paso y levantándose con la resignación de volver a caer.
Así soy yo, y no pretendo ocultarlo.
Ni podría tan siquiera intentarlo, nunca he sido hipócrita.
Siempre he sido transparente en mis sentimientos,
y tal vez eso haya logrado apartar de mi vida a todo el mundo.
Y, ¿qué más da? me pregunto yo...
Si no me aguantan o no me entienden,
yo no pretendo tampoco que me entiendan ni me aguanten.
Soy solo una loca que va a su ritmo por un camino repleto de charcos,
y de hojas otoñales flotando sobre ellos.
Observo la existencia de un modo melancólico, gris y húmedo.
Y lo cierto, es que eso no me importa.
De mí se basan mis recuerdos, mis fantasmas, mi dolor...
es un dolor que sólo yo entiendo, y que no tengo intención de compartir
con quien no lo merezca.
Es como quien se desnuda delante de un desconocido.
Una sensación incómoda, a pesar de que estar desnudo es algo natural.
En este mundo, ser natural está mal visto. Estar triste y desolado es algo imperdonable.
Y esta chica en la que me he convertido, esta que no sabe disimular,
seguirá callejeando descalza sobre los charcos grises,
y dejará caer lágrimas sin motivo evidente alguno,
y seguirá mirando con indiferencia a las personas que ríen a su lado,
que se regalan lisonjas a puñados que no piensan en absoluto.
Y es que yo prefiero sentir. Prefiero mirar a alguien a los ojos y saber cómo se siente,
realmente. Sin ficción. Conocer a una persona y entenderla.
A esta chica en la que me he convertido, no le gustan los actores.
Prefiero una persona triste a mi lado, a una que finge no estarlo.
Y prefiero una persona feliz, a una que finge serlo.
Me gustan las personas, tal como son. Que bailen bajo la lluvia,
o que caminen como yo, sobre charcos grises y hojas de color pardo.
Me gustan las personas que se permiten a sí mismas SER.
He batallado contra sueños imposibles que no querían marcharse,
he amado a distintos hombres que me aportaron diferentes cosas.
Que ayudaron a forjar una minúscula parte de la mujer en la que me he convertido.
Que cada persona que ha pasado por mi vida, ha dejado huella.
Y aún así, no he dejado de ser yo. La chica de ojos tristes que no disimula lo mal que está,
viviendo en esta vida irracional, donde importa más una apariencia perfecta,
a una identidad irreemplazable.
No me importa ser la rara, la oscura, la siniestra, si con eso consigo ser yo.
Si con eso reflejo quién soy yo.
Para bien o para mal...
a quien le guste o no...
en esto me he convertido.
Y sigo andando a solas en este mundo de locos,
viendo la vida desde mi propia perspectiva.
Amando a las personas reales que miran a los ojos,
esas con las que hablas sin tener que pronunciar palabra.
Las que no ocultan en su mirada cómo son, ni lo que sienten hacia la vida,
o hacia ti.
Me he convertido en una mujer fría, con un corazón latiente
que se endurece por segundos con cada recuerdo lacerante.
Pero así soy yo... en esto me he convertido.
Una mujer, que es mujer... a pesar de no vestir faldas ni desbordar feminidad,
que ama en silencio, que experimenta con angustia las injusticias de la vida..
Una mujer que parece ir a ninguna parte, que aparenta no esperar nada.
Una mujer que late oculta en su oscuro universo...








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