Sugerencia

..................................................................................Recomiendo leer mientras se escucha la música que dejo en cada entrada..................................................................................
...................................................................................................................Advierto que tanto escribo elegante como soez....................................................................................................................

viernes, 27 de noviembre de 2015

Azael.

En el momento en el que la miró, ella supo que nunca la abandonaría. Lo vió en sus ojos cristalinos que parecían esferas de otro mundo.

El la cogió suavemente de la mano como si temiese el rechazo y se llevó sus frágiles nudillos a los labios. Los besó uno a uno con cautela y anhelo. Ella, con su mirada que emanaba una tristeza inocente, no reprimió el impulso de echarse a sus brazos y susurrarle cuánto le echaría de menos. Fue un buen momento, nadie les miraba. Azael la estrechó entre sus brazos y sintió los latidos de su amada contra los suyos. Tenía corazón. Eso era algo que le confortaba, pues según las historias, las mujeres como ella solían ser depravadas con los marineros, y les arrastraban sin compasión hacia lo más profundo del abismo.

Latía con la dulzura de una niña, con pensamientos de mujer. Cogió la cara de Azael con sus heladas y pequeñas manos, y le besó con ternura.

- Ten el viaje a salvo.- le dijo con un hilo de voz.

- Que el tiempo en la mar me permita verte al menos una vez más. - Acarició su carita redonda mientras ella, melosa, movía su cara sobre sus dedos.

Se dió la vuelta y remó hacia el navío. Le observó marchar entre el mar y el cielo, que batallaban por ver cuál de los dos era más oscuro. Dejó escapar una lágrima entre sollozos, y de repente el océano era testigo de su lamento.

Ilustración de la artista Victoria Francés.

lunes, 23 de noviembre de 2015

Ruska II.

Algo que existe, algo que se ve.
Algo que no puedes tener,
algo que no puedes tocar, ni besar....

Algo que existe, pero que no está.


domingo, 22 de noviembre de 2015

Ruska.

De nombre, Eneida.
De corazón, destrozado.

Es tan frío el aura que me rodea, es de un azul casi pálido que me envuelve de tristeza y desolación. ¿Dónde estás, amor mío? Y mi desgracia es no poder alcanzarte, no poder rozar tu alma, no poder verte ya ni en sueños.... te has marchado, y como bien dijiste, parece que sea para no volver. Me quiebro al recordar el tacto de tu mirada sobre la mía y esa complicidad en la comisura de nuestros labios. Esos labios ahora inalcanzables que han dejado de tener sabor sobre los míos. ¿Dónde estás?... Creo poder morir de desesperación enroscada sobre mí misma en esta habitación, y mis lágrimas, que antes dormían abrazadas a mi alma ahora brotan de mis ojos, tornando nublosa mi vista y descargando el peso de mi corazón sobre mis mejillas. Te quiero. Hace tanto que no te siento, que no te veo, que se me hace imposible no pensar que quizás fue todo un sueño. Pero ¿cómo es posible eso? Si el dolor que llevo sobre mí es real, es palpable y es constante. Sé que existió, sé que estuviste ahí. Y ahora te miro, y no te veo... ya no estás. ¿por qué no puedo alcanzarte? ¿por qué ya no puedo olerte? ni sentir el áspero tacto de tus dedos sobre mí. Te has marchado. Y aquí estoy sola amando todavía a un fantasma que aún late en alguna parte de este mundo. Y es lo que me queda... vivir con tu recuerdo. Aún me parece escucharte reir a lo lejos, aún creo escuchar tu voz resonando como un eco eterno en mi cabeza. Y mi vello se eriza al recordar sutilmente tu aroma, y sonrío a la vez que me rompo por completo. Te echo tanto de menos que creo haberme perdido a mí misma en algún oscuro rincón de la locura, abrazada a ti, aunque ya no estés, aunque sigas estando aquí.


viernes, 13 de noviembre de 2015

Alma.

Bien es cierto que el alma puede reflejarse en las personas. Sólo basta con observar a cada una con atención, pues algunas tienen la capacidad de ocultar en gran parte sus alegrías y sus temores, y otras lo gritan con la mirada. Pero cierto es que el alma se refleja ante cada uno de nosotros, como un espejo que nunca miente, y que nos habla de verdades aunque no queramos escucharlas. Pero si te encuentras cara a cara con este espejo, mirarás a tu propia alma directamente a los ojos con la máxima claridad. ¿Serías capaz de aguantar sus bramidos de desesperación sin apartar la mirada? O ¿sin echar a llorar? ¿Sabes lo que veo yo?...

Un callejón oscuro, de pavimento empedrado y atezados tabiques, mojados por una larga noche de lluvia, con una ligera niebla que parece alzarse del suelo, es ahora el lugar donde camino. Con las manos a los bolsillos de mi largo abrigo y cabizbaja, mirando las puntas de mis zapatos al deambular por aquél lugar. No sé a dónde voy, ni a dónde quiero ir. Sólo sé que camino por un angosto callejón cuyo techo es el cielo completamente negro, y en mi cara seguramente podría reflejarse claramente la amarga luz de la incertidumbre y, probablemente desprendería un cautivador aroma a muerte.

Y así es que... en mi casa ya no hay espejos. Con mi alma ya no quiero hablar, pues no me brinda sosiego alguno ni en esta vida, ni en la que se vé en mis reflejos.


domingo, 1 de noviembre de 2015

Mein gebrochenes Herz..

Mi obsesión por los corazones es algo casi palpable.

Porque estás dentro y a la vez fuera de mí. Padeciendo en silencio mis alegrías y mi profunda tristeza.
Porque lo haces en silencio, porque sólo te quejas una vez al año.

Que agradeces que explote en mil pedazos mi mudez, aunque suela ocurrir con poca frecuencia. Estallando así en llanto y librándote en parte, por un momento, de esa agonía que sufres sin que nadie más que yo lo sepa.

Cariño, cuánto te tengo que agradecer que guardes mis más oscuros secretos, que hayas caminado junto a mí por este camino de espinas. Y cuánto me enorgullece que, junto a mí, hayas llorado de alegría dos veces en mi vida. Lamento que por ti haya pasado más pesar que felicidad.

Gracias por mantenerme fuerte, por saber comunicarte conmigo tan bien. Por esos momentos a solas; el silencio de cualquier lugar, tú y yo. Por esas largas horas de madrugada en las que lates con furia en mi interior, y en las que a veces, no sé cómo calmarte.

Eres mi esencia.