Sugerencia

..................................................................................Recomiendo leer mientras se escucha la música que dejo en cada entrada..................................................................................
...................................................................................................................Advierto que tanto escribo elegante como soez....................................................................................................................

lunes, 30 de mayo de 2016

Pura Felicidad.

 Hoy te quiero dar las gracias.
Por cómo me miras,
porque en tus ojos me encuentro
a la par que me sumerjo en ellos
para nadar hacia adentro, y vivir flotando
en un sueño.
Gracias, por cómo me sonríes.
Porque en tu sonrisa quedan
todas las razones por las cuales existo.
El mundo se para cuando
para mí arqueas los labios
con esa dulce delicadeza que te define
en cada momento.
Te doy las gracias por recibirme
entre tus brazos, y por recomponer mis pedazos
con caricias de estimación.
Gracias por darme el apoyo
que desesperadamente he necesitado.
Por ser mi pilar perfecto,
por ser sólido, firme, y darme
la seguridad de que jamás permitirás
que esto se desmorone.
Gracias por venir a mis sueños por las noches,
por no tener miedo a mostrarte como eres,
por esa manera tan especial que tienes
de hacer de mis momentos contigo
algo irrepetible.

Gracias,
por devolverme la vida.

domingo, 29 de mayo de 2016

Mi luz.

No hablemos de lo bien que se me da perderme
en tus ojos azules.
Ni de cómo me tiembla la piel cuando me tocas.
Ni de lo cortos que se me hacen los momentos
cuando estás cerca de mí,
mirándome de reojo, y sonriéndome
cuando por descuido nuestras miradas
celosas se cruzan.
Y tampoco hablemos de la excitación que me provoca
irremediablemente el olor de tu piel.
No hablemos de nada,
pues ya nuestros ojos se han hecho el amor
y sólo queda el momento de después.
Cuando seguimos mirándonos, vestidos
entre la gente. Y sonreímos.





miércoles, 18 de mayo de 2016

Fin y comienzo.

Durante estas últimas semanas he perdido mucho. Sin embargo he sido capaz de comprender muchas cosas, y lo que es más importante, me he encontrado a mí misma. La soledad, el silencio y las noches en vela han sido mis aliadas, me han ayudado a entender la vida, a desenredar los nudos, a desprenderme de todo lo demás. Ahora sólo soy yo. Y es como quiero estar. Comprendí que una mala decisión puede cambiar tu vida, que un paso en falso y ¡pum! lo pierdes todo. Y lo ganas todo, de nuevo. He dejado de culparme por errores que no cometí sola. He perdonado a todos a quienes tenía que perdonar, no sólo los que me han hecho daño y los que me han culpabilizado de todo últimamente, sino a todos los que me han herido durante mi existencia. Me siento libre. Me he perdonado a mí misma, entre lágrimas de desdicha y felicidad, en la oscuridad de mi habitación. Me he perdonado durante los paseos nocturnos en lugares solitarios a los que, me he permitido ir conmigo misma a altas horas de la noche. Jamás me he sentido tan libre, tan carente de miedo. He aprendido a amarme a mí misma, con mis virtudes y defectos. Y jamás diría que no me arrepiento de mis errores, sin embargo, no existe posibilidad de retornar y cambiarlo todo, así que de poco vale martirizarse de por vida. Ojalá hubiera aprendido esto antes, pero como ha sido ahora cuando lo he aprendido, aprovecharé el conocimiento en lo que me resta de vida. Mi último paso en falso me ha quitado tanto como tanto me ha dado.

Cierro este fascículo. Para siempre.

jueves, 12 de mayo de 2016

Aurora.

Me recuerdas a ella, con tus cabellos dorados y tus ojos marchitos. Tu voz baila como luz en el tiempo y tu sombra se tambalea como si helada de frío la pobre estuviera. Te encuentro cantando en voz baja, por si acaso te escuchen los ángeles, y es que ¿acaso no saben ellos que de tus labios rosados, la vida asoma de tus adentros más bella que nunca? Y es que te miro ahora, distraída mientras tarareas, y el azul de tus ojos se vuelve niebla en mis adentros. Retumba en mi interior tu dulce armonía, y soy capaz de ver el halo de luz que rodea celoso tu silueta, como si te protegiera de la realidad. Te observo y te escucho palpitar, hermosa como nunca, mientras tus cabellos recaen sutilmente sobre tus hombros, deslizándose con cautela sobre tu espalda y, los más ansiosos sobre tus pechos aguardan. Y no hablemos ahora de tu sonrisa, tan delicada y tan tímida, y del modo en que tus cejas se arquean sobre los ojos más bonitos de este mundo cuando sonríes. Y es que en este instante, sólo te quiero.


jueves, 5 de mayo de 2016

Adiós.

- ¡Cállate! ¡No tienes derecho a hablarme a mí de injusticias! Tú estabas delante, tú fuiste la responsable, y ¡te callaste! - comencé a llorar. Pero traté de mantener la voz firme.- Dejaste que me acusaran de ser una mala persona, de ser una falsa, una mentirosa, dejaste que mi mejor amigo me pusiera por los suelos, y aún sabiendo que yo no era la culpable, que habías sido tú la que la habías jodido, ¡te callaste! ¡Permitiste que me gritase, que me odiase, que me quisiese echar a la patada de su vida! ¡Tú lo permitiste! Ni estas lágrimas, ni las que he derramado a solas vas a poder compensarlas jamás. Permitiste que todos me dieran de lado por algo que habías hecho tú. Tú, que siempre tienes esa puta sonrisa en la cara y en el fondo no eres más que una amargada que trata de ir por la vida transmitiendo un buenrrollismo que, al parecer, todos se creen. ¡Yo sé cómo eres! Eres esa clase de persona que finge preocupación por todo el mundo, y que luego permite que machaquen a otra por su culpa, ¡perdona si no te beso el culo para darte las gracias! No eres más que un personaje que pretende agradar a todos y ser el centro de atención todo el tiempo. - Todos nos miraban a nuestro alrededor. La cara de ella era un poema de versos desencajados.- ¿Y él? Prefirió creerte a ti, porque al parecer las sonrisas, por muy falsas que sean, siempre triunfan ante alguien que se muestra siempre tal como es, que no está todo el día pretendiendo agradar. El prefirió creerte a ti, portadora de una careta, antes que darme a mí el beneficio de la duda, a MÍ, a su amiga, a su confidente. Porque yo no sonrío, porque siempre voy desganada, porque me muestro como soy. Porque al parecer en esta vida se ha de ser siempre hipócrita para que los demás vengan a abrazarte, para que te crean, para que te acepten. Me has traicionado, me has echado el muerto, has hecho que todos pensasen lo peor de mí. Permitiste que me gritaran a la cara por algo que no fue mi culpa. Y aún así eres capaz de mirarme a la cara, y ¿ahora me vienes con estas? A mí no te vuelvas a dirigir jamás, ni siquiera para pedirme disculpas. No quiero saber nunca jamás nada más de ti, tu existencia para mí ha terminado. Está claro que jamás he dejado de estar sola, pero mira, casi lo prefiero. Pues al parecer, debo cambiar mi manera de mostrarme al mundo para que los demás vengan a lamérmelo como hacen contigo, y eso jamás lo haré. Soy de esta manera, y aunque los demás nunca me vean como alguien inocente, yo sé que lo soy. Y no pienso cambiar para que me acepten. -Cogí mi bolso, que estaba sobre la mesa verde, y volví a girarme hacia ella. La miré directamente a los ojos y la sentí estremecerse. La señalé.- Siempre he sabido que es más fácil creer inocente a alguien que va de buena, a creer a una persona que se limita a existir, sin tener que demostrar nada. Y ahora yo sé, que según salga por esa puerta, -señalé la puerta, y acto seguido hice un movimiento en redondo con el brazo, señalando así a cada uno de los presentes- vendrán todos a abrazarte y darte apoyo, porque hasta tus lágrimas, al parecer, son más creíbles que las mías.


La miré con desdén y, con todo el dolor de mi corazón, atravesé la puerta de aquél lugar, a sabiendas que nadie saldría tras de mí.