Sugerencia

..................................................................................Recomiendo leer mientras se escucha la música que dejo en cada entrada..................................................................................
...................................................................................................................Advierto que tanto escribo elegante como soez....................................................................................................................

viernes, 27 de noviembre de 2015

Azael.

En el momento en el que la miró, ella supo que nunca la abandonaría. Lo vió en sus ojos cristalinos que parecían esferas de otro mundo.

El la cogió suavemente de la mano como si temiese el rechazo y se llevó sus frágiles nudillos a los labios. Los besó uno a uno con cautela y anhelo. Ella, con su mirada que emanaba una tristeza inocente, no reprimió el impulso de echarse a sus brazos y susurrarle cuánto le echaría de menos. Fue un buen momento, nadie les miraba. Azael la estrechó entre sus brazos y sintió los latidos de su amada contra los suyos. Tenía corazón. Eso era algo que le confortaba, pues según las historias, las mujeres como ella solían ser depravadas con los marineros, y les arrastraban sin compasión hacia lo más profundo del abismo.

Latía con la dulzura de una niña, con pensamientos de mujer. Cogió la cara de Azael con sus heladas y pequeñas manos, y le besó con ternura.

- Ten el viaje a salvo.- le dijo con un hilo de voz.

- Que el tiempo en la mar me permita verte al menos una vez más. - Acarició su carita redonda mientras ella, melosa, movía su cara sobre sus dedos.

Se dió la vuelta y remó hacia el navío. Le observó marchar entre el mar y el cielo, que batallaban por ver cuál de los dos era más oscuro. Dejó escapar una lágrima entre sollozos, y de repente el océano era testigo de su lamento.

Ilustración de la artista Victoria Francés.

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