Sugerencia

..................................................................................Recomiendo leer mientras se escucha la música que dejo en cada entrada..................................................................................
...................................................................................................................Advierto que tanto escribo elegante como soez....................................................................................................................

jueves, 31 de marzo de 2016

Carolina tenía un barco.

Cada mañana, despertaba con los primeros rayos de sol que llegaban a acariciar su faz angelical. Carolina tenía un rostro redondo y pálido, que con la luz del sol se tornaba brillante, casi mágico.

Su padre le regalaba un barco de papel dos sábados al mes, cuando él llegaba de faenar en alta mar. Cuando Carolina recibía su nuevo barco, podía permitirse el lujo de echar al lago el barco anterior, ver cómo navegaba, a veces lejos, otras veces se enriscaba en las orillas, y en otras ocasiones se hundía a los pocos metros. De esta manera ella siempre tenía un barco de papel sobre su estante durante la ausencia de su padre.

Sin embargo, ya era domingo y su padre no había regresado. Observaba desde la cama su estante, con la mirada triste y desconcertada de una niña de siete años que no comprendía por qué su padre no había llegado aún. Aún tenía la cabeza apoyada en la almohada, y sus ojos, verdes, brillaban con el sol.